Cruz Barrera, el testaferro grancanario de la red criminal de criptomonedas que quiso comprar el Granca
El inversionista ofreció 1.000.000 euros por el club de baloncesto en 2019; ahora, era apoderado de David Merino, líder de la estafa mundial de criptomonedas

José Lucas Cruz Barrera, en la rueda de prensa ofrecida en 2019 para patrocinar y comprar el Granca / E. D.
José Lucas Cruz Barrera emergió de la nada. De no haberse escuchado nunca su nombre a estrechar manos de políticos. Un empresario grancanario honorable, parecía. Con buenas intenciones, se suponía. Llegó con un millón de euros procedente de un fondo fantasma estadounidense bajo el brazo para patrocinar el Club Baloncesto Gran Canaria y, en un futuro, adquirir el 51%. Era el 7 de mayo de 2019 y Cruz Barrera se presentó como representante en Europa de HMK Holdings. El dinero nunca entró en las arcas del club.
Seis años después de aterrizar como ese Mesías del equipo claretiano nada queda de su reputación. El castillo de naipes que Cruz Barrera vendió se derrumbó y el grancanario se enfrenta ahora a seis años de cárcel por desviar fondos públicos de la Diputación de Orense. Pero no solo eso. Su negocio no solo se limita, presuntamente, a estafar administraciones públicas.
Cruz Barrera se reconvirtió en ‘criptobro’. La Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil lo considera el testaferro de la organización criminal liderada por David Merino —también grancanario, ahora afincado en Dubái — que defraudó a 15.000 personas en una treintena de países.
La UCO describe a Cruz Barrera como la «persona interpuesta por Merino» en mercantiles estonias —Deumcorp Oü, Datainvest Oü y Libra Capital Europe Oü— tituladas por Martin Napa, otro miembro de la red. A ellas desviaban fondos obtenidos de las inversiones de FX Winning, su plataforma de criptomonedas. Solo una de estas empresas, Deumcorp, habría recibido 83 transferencias desde España por 771.261,01 euros.
«El dinero recibido en la sociedad Deumcorp procedería de perjudicados en la estafa ya que, según constatan las autoridades estonias, se recibe un gran porcentaje de ingresos con concepto bancario FX Winning», sostiene la UCO en su informe.
Para la Guardia Civil, estas empresas cumplen una triple función: ocultar el origen criminal de los fondos, dificultar su vinculación con David Merino mediante el uso de testaferros, y retornarlos como si fueran legítimos.
Un papel clave
Y en toda esta trama, Cruz Barrera tenía un papel clave: administró, en el periodo de actividad criminal, la sociedad Deumcorp y recibió fondos de ella, según las autoridades de Estonia.
Esta sociedad cumple «un rol determinante en la recaudación de fondos» y puesta a disposición del dinero de la organización criminal. Es, por así decirlo, una de las muchas empresas usadas para canalizar el dinero de las víctimas. «La sociedad está vinculada a José Lucas Cruz Barrera, que ejercería el rol de testaferro para la organización», subraya la investigación. Él era un peón para que no llegasen a Merino. Un testaferro bisagra entre el entramado de empresas españolas y las internacionales.
Y se lucraba de su empleo a través de «préstamos personales» que le transferían las sociedades. Por ejemplo, entre diciembre de 2021 y febrero de 2022 obtuvo 27.646 euros de The Secret Tours, otra empresa pantalla. También su sociedad Activos Canarios Libres recibía dinero. Este diario ha intentado ponerse en contacto con Cruz Barrera para conocer su versión, sin éxito.
Pero la criptoestafa ha sido tan solo la última parada en el viaje delincuencial del intermediario. En 2019, Cruz Barrera se erigió representante europeo de una sociedad estadounidense para hacerse con el Granca. Una sociedad con sede en un bazar de Santa Mónica (California), sin registro en Bolsa ni en la comisión de valores de EEUU. «El interés de la empresa que represento es publicitario y, si nos dan la opción, nos encantaría poder gestionar el club, pero no con la idea de llevárnoslo, sino de hacerlo fuerte», fue su discurso. El acuerdo no prosperó. Y el dinero nunca llegó.
De las ruedas de prensa a los calabozos
Él tardó solo cinco meses en pasar de las ruedas de prensa como gran inversionista a los calabozos. La Policía Nacional lo detuvo en Las Palmas de Gran Canaria por el desvío de casi un millón de euros de subvenciones —de los que 840.000 lograron bloquearse— de la Diputación de Orense, tras el hackeo de la administración pública, a Jameo Members S. L., sociedad de la que es administrador.
La Fiscalía pide para él entre cuatro y seis años de cárcel por estafa continuada o blanqueo. El rastro del dinero se sigue en Europa y, como no podía ser de otra forma, en Estonia. Estonia, el mismo país en el que actuaba de testaferro de FX Winning la plataforma de criptomonedas.
Su nombre está asociado también al caso Mascarillas y a la empresa investigada RR7 United, que fue adjudicataria de un contrato de cuatro millones. RR7 transfirió 25.000 euros a Cruz Barrera, considerado comisionista e intermediario. Presuntamente, se embolsó 100.000 euros por unas mascarillas que nunca llegaron. También en esta causa está imputado.
Canarias, Galicia, Estonia. Auge y caída de un falso inversionista que acabó como apoderado y cabeza de turco del líder de una organización criminal creada en la calle Torres de Las Palmas de Gran Canaria y que ha dejado miles víctimas en treinta países.
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